Esta semana quiero compartir con ustedes parte del escrito del Presidente de la Asociacion Colombiana de cooperativas, Carlos Erneso Acero, en el Marco de la Celebracion del Año Internacional de Cooperativas: “2012 ha sido declarado el Año Internacional de las Cooperativas por la Organización de las Naciones Unidas. Ocasión única, histórica y extraordinaria que se le presenta al movimiento cooperativo mundial para dar un paso adelante y mostrar el sinnúmero de beneficios que este modelo de desarrollo socioeconómico le aporta a más de mil millones de personas alrededor del mundo, en momentos en que la sociedad contemporánea debate los efectos excluyentes de un modelo económico que privilegia el lucro sobre las personas. El malestar global por los efectos económicos y las consecuencias sociales de dicho modelo tuvo un singular impacto en 2011. No en vano muchos medios de comunicación del mundo y formadores de opinión coincidieron en señalar como el personaje del año a los “indignados”, grupos de personas de múltiples tendencias, credos y razas alrededor del mundo que reclamaban, al unísono, sus derechos a una vida digna que procure la prosperidad para todos y no sólo para un pequeño grupo de personas, el denominado 1%, responsable de definir la política y la economía para el 99% restante de la humanidad. En ese marco de agitación de la sociedad global, aparece el Año Internacional de las Cooperativas con un mensaje simple, renovado pero contundente y esclarecedor: “Las empresas cooperativas ayudan a construir un mundo mejor”. ¿Cómo? ¿De qué manera? ¿También en Colombia?
Las cooperativas son empresas que asocian a personas no al capital, el cual es un mero instrumento para su acción, con el fin de procurarles la satisfacción de sus aspiraciones y necesidades, a través de una organización de propiedad colectiva gestionada en forma democrática, cuyo propósito no lucrativo está orientado a prestar servicios de calidad, en forma eficiente y oportuna a sus asociados/dueños. Las cooperativas garantizan la democracia económica pues su patrimonio se construye con base en los aportes económicos, muchas veces pequeños, de cientos, miles de personas y también promueven el pequeño pero significativo ahorro popular y el acceso al crédito orientado por los parámetros de las finanzas éticas, es decir, promoción del desarrollo humano y no de la especulación o la codicia. Las cooperativas son empresas exitosas y sostenibles que empoderan por igual a hombres y mujeres en cualquier comunidad del mundo, promueven el liderazgo como factor de progreso de las personas, mejoran la calidad de vida de sus asociados, fortalecen su economía familiar y la de su entorno y sienten un profundo compromiso con el avance de las comunidades en las cuales actúan. El proceso cooperativo además contribuye, a través de la práctica diaria de los valores y principios en los que se basan y de la educación cooperativa permanente y obligatoria, a promover una sociedad solidaria, justa e incluyente...”